El colegio es su segunda casa, para algunos la única casa.
Sean todos bienvenidos a nuestra casa..
Al abrir nuestra casa pasa todo tipo de gente.
Unos nos abrazan efusivamente, otros nos patean las entrañas,
pero nuestra casa esta abierta de par en par, ofreciéndose y recibiendo.
Mostramos, ese interior decorado siendo sinceros, receptivos y sociales.
Difícil es el poder satisfacer o nos entienda el resto del mundo,
pero abiertamente nos mostramos, sin temores, así, podremos llegar a conectar.
Es, con esa aptitud, como descorremos las cortinas de nuestro comedor.
Es así, como llega el visitante a percibir recibiendo
lo verdadero que llevamos en nosotros.
El aseo, habitaciones, cocina, todo lo mostramos,
invitamos a otros para si son capaces de sentirse cómodos.
Estos otros, nos pueden indicar si a una esquina le falta un complemento...
si el azul del edredón quedaría mejor con un naranja en las paredes.
En definitiva, otros encuentran detalles, que quizás,
no habíamos dispuesto y que pueden potenciar nuestro bienestar.
Buscar mostrarnos sin complejos que nos sujeten.
Que se vean satisfacciones, anhelos y temperamento.
Tiene la imagen aun siendo grata, ese toque de superficialidad
que casi desaparece instantáneamente.
En cambio, cada estancia de nuestra casa,
esa casa que no se ve, como base primordial del día a día que pasa;
esa es la más maravillosa de entre todas las maravillas.
Esa casa con dirección, es la indicación adecuada para se nos conozcan con autenticidad,
la que deberíamos todos que mostrar.
Saludos caseros de mi mismo....mismamente.
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